Al lagarero se le entregaba una cántara por cada pie pisado, más 10 reales; los díVencedor que no hacía ningún pie, se le daban dos reales por tener la puerta del lagar abierta y calcular el mosto que a cada interesado le pudiera corresponder.
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Hemos de comprender a todos, hemos de convivir con todos, hemos de disculpar a todos, hemos de perdonar a todos. No diremos que lo injusto es justo, que la ofensa a Dios no es ofensa a Alá, que lo malo es bueno.
El apego es la explicación de todo. Un inclinación que se abre al otro en su individualidad irrepetible y le dice la palabra decisiva: «quiero que tú seas».
Encima, puesto que el Antiguo Testamento vincula más tarde la ofrenda del “primogénito” y las “primicias” al diezmo, es posible que la ofrenda de Abel fuera aceptada precisamente porque Bancal un diezmo. El Antiguo Testamento es claro en que el pueblo de Todopoderoso tenía que devolverle a Él, y que Él les había cubo instrucciones de lo que eso implicaba.
Uno debe comprender que en esos días no había un software denominacional de retiro (antaño llamado “plan de sustentación”) ni ni una pensión para retirados de parte del estado (que en Estados Unidos se claridad “Social Security”). El plan de retiro de la iglesia se encontraba a seis abriles en el futuro (y el “Seguro Social” a 30 años) cuando en 1905 Elena de White escribió esa carta a George F. Watson. Si determinado solicita nuestros diezmos para que sean utilizados fuera de los canales regulares de la iglesia creo que deberíamos preguntarnos: a. ¿Les ha pedido Todopoderoso directamente (como lo Get More Information hizo con Elena de White) que recojan los diezmos y los utilicen de acuerdo a su propio criterio? b. ¿Existe actualmente la misma situación que hizo necesaria la costura peculiar de Elena White a atención de ministros desamparados? c. Si la situación de actualmente es la misma que en 1905, ¿se pusieron ellos en contacto con los oficiales de la iglesia como lo hizo Elena White para hacerles conocer esas micción?
El apego a Dios es el aprecio por excelencia. Es, como he dicho, amor sin interés propio; todo lo que desea y quiere es ver al alma que gobernante rica de los fondos del paraíso.
Un sencillo ejemplo aclarará todo esto: si de 20 corderos se diezmaban dos, de 25 resultaban ser dos y medio; pero en el supuesto de que hubiera más de 20 y menos de 25, había de diezmo dos corderos y pico. Este pico se diezmaba en patrimonio por la sencilla razón de que no se iba a descuartizar a un cordero para repartirlo.
El bienquerencia puntada por sí solo, satisface por sí solo y por causa de sí. Su mérito y su premio se identifican con él mismo. El amor no requiere otro motivo fuera de él mismo, ni siquiera ningún provecho; su fruto consiste en su misma práctica.
El diezmo es una forma de poner a Dios en primer zona en nuestras vidas. Cuando priorizamos nuestras finanzas y entregamos nuestro diezmo ayer que cualquier otra cosa, estamos demostrando nuestra dependencia de Dios y nuestra confianza en que Él suplirá todas nuestras necesidades.
Cuando damos con un corazón espléndido, nos convertimos en instrumentos de Jehová para consagrar a otros y hacer su obra en la tierra.
Esta praxis se continúa en otros libros como Levítico y Deuteronomio, donde se establece la obligación de dar el diez por ciento de los frutos de la tierra y los animales al Señor.
La caridad no se demuestra solamente con la limosna, sino sobre todo con el hecho de comunicar a los demás las enseñanzas divinas y prodigarles cuidados corporales (SAN MÁXIMO, Sobre la caridad, centuria 1, 1).
Es fundamental entender que el diezmo y la ofrenda no son simplemente una obligación o un impuesto religioso, sino una expresión de inclinación y fidelidad en torno a Todopoderoso.